Mateo 26:17-30
17 Y el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que aderecemos para ti para comer la pascua? 18 Y él dijo: Id á la ciudad á cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa haré la pascua con mis discípulos. 19 Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y aderezaron la pascua. 20 Y como fué la tarde del día, se sentó á la mesa con los doce. 21 Y comiendo ellos, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar. 22 Y entristecidos ellos en gran manera, comenzó cada uno de ellos á decirle: ¿Soy yo, Señor? 23 Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me ha de entregar. 24 A la verdad el Hijo del hombre va, como está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre es entregado! bueno le fuera al tal hombre no haber nacido. 25 Entonces respondiendo Judas, que le entregaba, dijo. ¿Soy yo, Maestro? Dícele: Tú lo has dicho. 26 Y comiendo ellos, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dió á sus discípulos, y dijo: Tomad, comed. esto es mi cuerpo. 27 Y tomando el vaso, y hechas gracias, les dio, diciendo: Bebed de él todos; 28 Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados. 29 Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día, cuando lo tengo de beber nuevo con vosotros en el reino de mi Padre. 30 Y habiendo cantado el himno, salieron al monte de las Olivas.
Sin duda Jesús y algunos de sus amigos hicieron de
antemano los planes del local dentro de las murallas de Jerusalén para celebrar
la Pascua. No obstante, la redacción de Mateo enfocó la autoridad de Jesús: el
Maestro dice: Mi tiempo está cerca (vr 8). Jesús
poseía el control de los acontecimientos durante la Pascua, no los sacerdotes
ni Judas.
Jesús comunica la traición de Judas, Mateo 26:20-25. En los preparativos y aun en la ceremonia
de la Pascua se nota la inspiración redentora de Jesús. El sabía que Judas le
iba a entregar.
Jesús reinterpretó el significado del pan y la copa de la Pascua para preparar a los
discípulos para su muerte. Su sacrificio conseguiría el perdón de los pecados (vr28) y seria realizado muy pronto: no beberé más de este fruto de la vid (vr29)
Preparativo para la Pascua
V17 El recuerdo de la Pascua
eran dos celebraciones diferentes (Éxodos 12:1-8,18-20),
pero llegaron a celebrarse en la misma semana (14 a 21 de Nisán, el primer mes
judío). Estas dos celebraciones, representaban el recuerdo de la vida amarga de
sus antepasados en Egipto y la liberación de la esclavitud: en el día de Jesús
esta fiesta anual tenía en sí misma mucha esperanza mesiánica y política (Mateo 26:3-5). Los doce tenían estas expectaciones (Mateo 20:20-28), por eso Jesús seguía sus planes para
cambiar su concepto de esas fiestas.
V18 A la luz del nacionalismo
mesiánico de las muchedumbres y las órdenes de los principales sacerdotes para
que le tomaran preso (Juan 11:57), Jesús había
preparado un lugar para comer la Pascua por
medio de cierto hombre. El Maestro dice: Mi tiempo está cerca. Igualmente,
Mateo cita que la casa pertenecía a este hombre anónimo; en tu casa voy a
celebrar la Pascua con mis discípulos.
V19 Aun en su obediencia,
haciendo como Jesús les mandó, los discípulos esperaban ver un reino político
en Jerusalén con Jesús en el trono como el mesías prometido.
V26, 27 Jesús reinterpretó el
significado del pan y de la copa. El pan que antes simbolizaba la vida “sin
levadura” en Egipto, aquí lo partió y lo dio a sus discípulos como símbolo de
su cuerpo crucificado. Ellos debían aceptar su sacrificio e imitarlo: Tomad, comed. Además, como la copa representaba la
sangre por la cual Moisés había confirmado el antiguo Pacto (Éxodos 24:4-8),
Jesús cambio el significado para simbolizar el sello del nuevo pacto: Bebed de ella todos.
V28 A la Luz de que Israel no
cumplió el antiguo pacto, Jeremías declaró la promesa de Jehovah que
establecería otro pacto, por eso dijo: “He aquí vienen
días, dice Jehovah, en los cuales haré un nuevo pacto… no como el pacto que
hice con sus padres… Pondré mi ley en su interior y la escribiré en su corazón…
porque yo perdonaré su iniquidad y me acordaré más de su pecado” (Jr 31:31-34).
Aquí Jesús proclama el cumplimiento de esta promesa sellada por su sangre
derramada para el perdón del pecado. Como se derramó la sangre (vida) el animal
sacrificado como representación de perdón de los pecados pero no tenía el poder
de salvación , así Jesús dio su sangre porque la salvación viene por dar la
vida no por quitarla.
V29, 30 Cuando salieron del monte
de los Olivos, Jesús les avisó que él no iba a Beber
más de este fruto de la vid, porque el acto final para confirmar el
nuevo pacto estaba por cumplirse en su muerte y resurrección. Después en sus
apariciones, él comió y bebió otra vez con ellos (Lucas
24:29, 41-43). También la victoria sobre la muerte les iba a confirmar
la certeza de “la cena de las bodas del Cordero” (Apocalipsis
19:9)
No hay comentarios:
Publicar un comentario