domingo, 8 de abril de 2012

Jesús es sepultado


Mateo 27:57-66

Verdadera tumba de Jesús, tumba del jardin de jerusalem, tumba de jerusalen
Tumba del jardín de Jerusalen
57 Y al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús. 58 Este se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato ordenó que se lo entregaran. 59 Tomando José el cuerpo, lo envolvió en un lienzo limpio de lino, 60 y lo puso en su sepulcro nuevo que él había excavado en la roca, y después de rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, se fue. 61 Y María Magdalena estaba allí, y la otra María, sentadas frente al sepulcro. 62 Al día siguiente, que es el día después de la preparación, se reunieron ante Pilato los principales sacerdotes y los fariseos, 63 y le dijeron: Señor, nos acordamos que cuando aquel engañador aún vivía, dijo: "Después de tres días resucitaré." 64 Por eso, ordena que el sepulcro quede asegurado hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, se lo roben, y digan al pueblo: "Ha resucitado de entre los muertos"; y el último engaño será peor que el primero. 65 Pilato les dijo: Una guardia tenéis; id, aseguradla como vosotros sabéis. 66 Y fueron y aseguraron el sepulcro; y además de poner la guardia, sellaron la piedra.


El amigo verdadero está presente en tiempos difíciles. Los discípulos habían escondidos por temor, y aparece un discípulo fiel del Señor: José de Arimatea, la biblia lo describe como un hombre rico, miembro noble del concilio, varón bueno y justo, que esperaba el reino de Dios (Mr. 15:43; Lc. 23:50-52). Porque tenía miedo de los líderes judíos, se hizo discípulo de Jesús secretamente (Jn. 19:38). Pero en el momento más oscuro de dolor, su fe alumbra como la luz. Gracias a su atrevimiento, el cuerpo de Jesús es envuelto en una sábana limpia y puesto en un sepulcro nuevo. Él sacrifico su reputación y otorgó su sepulcro por amor a Jesús. Un verdadero discípulo es aquel que, con un corazón generoso, puede sacrificar lo suyo por amor a Jesús.

Los líderes religiosos judíos intervinieron de manera radicalmente opuesta a José de Arimatea. Al igual que José, ellos también fueron a ver a Pilato, pero con un propósito totalmente diferente. Podemos encontrar una verdad asombrosa en los registros de Mateo. Y es que los primeros interesados en la resurrección de Jesús, no fueron los que le amaban, sino los que lo habían llevado a la muerte. Ellos se acordaron que cuando Jesús estaba con vida, había dicho al tercer día de su muerte resucitaría. Ellos no creían en él antes lo acusaron de mentiroso. Aseverando una vez más la imposibilidad de su resurrección, aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia. Sin embargo, su esfuerzo terminó convirtiéndose en la evidencia histórica de la resurrección de Cristo.

V57 Al atardecer se  acercaba el Sábado Santo de la Pascua, así mismo la ley judía decía que uno “colgado de un árbol no quedara…durante la noche. Sin falta le darás sepultura el mismo día” (Deuteronomio 21:22-23). Ninguno de los once discípulos se presento para recibir el cuerpo de Jesús, sino un discípulo rico llamado José. Marcos (15:43) añade que José era “miembro ilustre del concilio, quien esperaba el reino de Dios” y Lucas (23:51) muestra que él “no había consentido con el consejo (Sanedrín) ni con los hechos de ellos”

V58 José se había trasladado de Arimatea a Jerusalén arriesgándose a presentarse ante Pilatos y pidió el cuerpo de Jesús.

V59 También, su dedicación se nota en el cuidado del cuerpo de Jesús: lo envolvió en una sábana limpia según la tradición judía.

V60  Lo dejó seguro rodando una gran piedra a la entrada del sepulcro. Era una tumba nueva, que hacía poco tiempo él había ordenado construir en una gran roca. Aquí se cumple la profecía hecha por Isaías 53:9 Se dispuso con los impíos su sepultura, pero con el rico fue en su muerte, aunque no había hecho violencia, ni había engaño en su boca.

V62, 63 El día siguiente era sábado, el día de descanso de los judíos. Los principales sacerdotes y los fariseos fueron a ver a Pilato para pedir un favor.

V64, 65 Mateo menciona el temor de los sacerdotes y fariseos era de que los seguidores de Jesús roben su cuerpo y luego dijera: Ha resucitado Jesús de los muertos. Y que ese engaño sería peor que cuando él dijo que era el Mesías. Para que no pasara eso  pidieron a Pilato que ordene que unos guardias vigilen cuidadosamente la tumba hasta después del tercer día.

V66 Que insignificantes fueron sus esfuerzos al tratar de impedir la resurrección de Jesús, cuando aseguraron el sepulcro con la guardia.

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