domingo, 4 de marzo de 2012

LABIOS PRUDENTES, Joyas Preciosas



   Hay oro y multitud de piedras preciosas; Mas los labios prudentes son joya preciosa (Proverbios 20.15). 

   Escribió el rey Salomón. El oro ha sido siempre muy valorado y en tiempos de Salomón las piedras preciosas también lo eran; no obstante, nuestros labios pueden ser aun más valiosos. ¿En qué sentido? No por su apariencia, sino por los pensamientos que expresan. 

   Los labios son preciosos destilan bondad, amabilidad y amor. Y se los llama “labios de conocimiento” porque dicen la verdad acerca de Dios tal como está escrita en la Biblia. Este antiguo libro está lleno de sabiduría y verdad sobre nuestro Creador, así como de excelentes consejos para la vida (Juan 17:17).

   Pero también hay personas que usan mal sus labios expresando de Dios cosas que no son ciertas. Por ejemplo, algunas le echan la culpa del sufrimiento y las injusticias que se ven en el mundo, cuando en realidad gran parte de la culpa la tienen los seres humanos. A este respecto Proverbios 19.3 dice La insensatez del hombre tuerce su camino, Y luego contra Jehová se irrita su corazón.

   Otro rebajan el valor de sus labios al hablar con falta de sinceridad, chismorrear o incluso calumniar. En Proverbios 26:23 dice Como escoria de plata echada sobre el tiesto Son los labios lisonjeros y el corazón malo. Es decir del mismo modo que el baño de plata de una vasija, oculta el barro del que está hecha, los sentimientos intensos y la sinceridad que se expresan con “labios fervientes” o melosos, pueden ocultar un corazón malo si son fingidos. 

   El que odia disimula con sus labios; Mas en su interior maquina engaño. Cuando hablare amigablemente, no le creas Porque siete abominaciones hay en su corazón. Aunque su odio se cubra con disimulo, Su maldad será descubierta en la congregación. (Proverbios 26:24-26)

   Por supuesto, tal maldad no queda escondida de Dios. El ve lo que realmente somos. Por esta razón, Jesús dijo: ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.(Mateo 23:26)

   El ser prudentes nos ayuda tomar buenas decisiones, y nos  permite esperar la guía del Espíritu Santo.

   En las muchas palabras no falta pecado;Mas el que refrena sus labios es prudente.”(Proverbios 10:19).

   La recompensa de la necedad es la propia estupidez y el premio de los sabios consiste saber cómo actuar.

   Los simples heredarán necedad; Mas los prudentes se coronarán de sabiduría.”(Proverbios 14:18).

   Igualmente la pureza junto con un corazón lleno de verdades espirituales, se reflejara en nuestra forma de hablar. Nuestros labios serán joyas preciosas, en especial a la vista de Dios, como resultado.

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